Crítica de Blindspotting (2018): Gentrificacción, prejuicios y unos diálogos geniales.

Nunca pensé que me encantaría una película que dice en uno de sus diálogos “Fuck Alfred Hitchcock”, pero este film dirigido por Carlos López Estrada es especial. Blindspotting trata sobre Colin, al que le quedan tres días para finalizar su libertad condicional y comenzar una nueva vida. Tras presenciar un caso de violencia policial relacionado con temas raciales comenzará a plantear varios cambios en su vida junto a su problemático amigo, lo cual hará peligrar su amistad y abrirán los ojos frente a ciertos problemas sociales.

Palabrotas, armas, hamburguesas veganas, un semáforo en rojo, los Golden State Warriors, hipsters, un Uber tuneado y el actor que hacía de Newman en Seinfeld. Esta película tiene un poco de todo. Funciona perfectamente como una comedia, pero también como un drama que muestra los problemas raciales y la violencia policial en la sociedad norteamericana.

También muestra las consecuencias de la gentrificación en los barrios humildes, en este caso la ciudad de Oakland (California), a través de situaciones ligeramente cómicas. Aunque se aprecia perfectamente la crítica social y esta hace mella en el espectador. Los diálogos son geniales, la comicidad está en ellos más es que en las imágenes.

Tanto la dirección como el montaje están perfectamente cuidados. El montaje refuerza la parte cómica en ciertos momentos y favorece al dinamismo mediante la adaptación del corte a ritmo de la música rap que suena en ciertas escenas. El tono general de fotografía da la sensación de estar en un drama de pandillas clásico, y ese contraste entre comedia de diálogo y el drama social es muy curioso. Tanto Daveed Diggs, en el papel protagonista, como Rafael Casal, en el papel del amigo problemático, están fantásticos y encajan perfectamente en los personajes que interpretan.

Predomina el uso de música rap y en ciertos momentos se recurre a dejar a los personajes rapear a capela haciendo sacar sus indecisiones y preocupaciones al exterior. El hecho de que al protagonista le queden tres días de libertad condicional crea una tensión extra, ya que cualquier mala decisión puede arruinar todos sus esfuerzos por no meterse en líos y no desea nadar para morir en la orilla.

Ah, y el mejor personaje de lejos es este tío. Mirad la película y descubriréis la razón.

La recomendamos, nos ha gustado y nos hemos reído en varias ocasiones, pero también nos ha hecho reflexionar. 

Nuestra nota es un 8 (★★★★)

¿Habéis visto Blindspotting? ¿Qué os ha parecido? Podéis dejar vuestra opinión en los comentarios.