Im Keller (En el Sótano) es un documental bastante peculiar estrenado en 2014 y dirigido por el austriaco Ulrich Seidl. Consiste en mostrar las peculiares actividades que realizan diversos ciudadanos
austríacos en sus sótanos. El director es conocido por su trilogía del Paraíso (Amor, Fe y Esperanza) en la que se jugaba con la línea que separa la ficción y
el documental, ya que en algunos momentos, por su manera de rodar, se duda de que se trate de una
ficción. En este caso, En el Sótano, es un documental
oficialmente, y como es costumbre en las obras de este director, no es bonito de
ver. Existe una crudeza en la forma de mostrar los hechos que crean incomodidad
en el espectador en ciertos momentos.
Como
dato positivo, cabe señalar que la composición de los planos es muy estética
pese a lo poco atractivos y cotidianos que son los espacios donde graba. El director opta
por realizar planos lo suficientemente lejanos para poder construir una simetría
similar a izquierda y derecha. La mayoría de los planos son fijos, sin movimientos
de cámara y de larga duración, forzando al espectador a fijarse en los detalles
y generándole esa incomodidad de la que hablábamos.
En muchos momentos es un tipo
de visionado acorde a la modalidad observacional, aunque en ocasiones los
protagonistas miran y hablan directamente a cámara en una suerte de
interpelación directa.
La
sensación antes de mostrar lo que hay en un nuevo sótano es similar a la que se
tiene cuando se emite el programa ¿Quién da más? (Storage Wars), el programa este
donde se subastan trasteros, queremos saber que se esconde allí.
Seidl sabe jugar muy bien con esa tensión de desear ver lo que se esconde, por lo
que en ocasiones muestra a la persona bajando unas escaleras interminables de
varios pisos hasta entrar al lugar. Además, con su premisa de hacer planos
fijos, esta bajada se nos muestra mediante montaje con varios planos fijos con
la cámara colocada en ciertas partes de la escalera.
Hay
momentos crudos, pero también otros que pueden generar hasta una ligera sonrisa,
una sonrisa que te hace sentir horrible por empatizar con ciertas personas.
A
partir de aquí, SPOILERS, aunque al no haber una trama tampoco pasa nada por leerlo,
simplemente se va a comentar las historias que parecen en el documental.
(Como si fuera un episodio del
Un, Dos, Tres):
Presentador: Cosas raras que hacen los austriacos en sus sótanos, por ejemplo, ser xenófobos
y tener pistolas. Un, dos, tres, responda otra vez.
-
Ser xenófobos y tener pistolas.
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Tener esclavos sexuales.
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Practicar el sadomasoquismo.
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Tener muñecos hiperrealistas de bebés.
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Ser unos putos nazis y tocar la trompa y el trombón.
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Tener armas y trofeos de caza.
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Practicar el sadomasoquismo y trabajar en Cáritas.
Me
gustaría acabar mencionando que me ha hecho especial gracia el
nazi/músico/borracho pasándole un plumero con los colores de la bandera de Alemania
por la cara de Hitler en un retrato que tenía en el sótano.
Le
daré un 5, no me ha gustado mucho, pero tampoco se me ha hecho bola el visionado.
Eso sí, recomiendo darle una oportunidad a este director porque tiene una
forma de contar las cosas muy curiosa y trata temas delicados y puntiagudos en prácticamente
todos sus flims.
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